Pío de Pietrelcina
También conocido como Padre Pío fue un religioso capuchino y santo italiano. Famoso por los hechos sobrenaturales que se le atribuyen, como sus estigmas, curaciones y lectura de conciencias a los que iban a confesarse con él. Fue canonizado en 2002 por Juan Pablo II bajo el nombre de «San Pío de Pietrelcina».
Sin duda alguna lo que hizo más famoso al padre Pío fue el fenómeno de los estigmas, llamados pasionarios (por ser semejantes a los de Jesucristo en su Pasión): heridas en manos, pies, costado y hombro, dolorosas aunque invisibles entre 1911 y 1918, y visibles desde este último año hasta su muerte. Su sangre tenía al parecer perfume de flores, aroma asociado a la santidad. La noticia de que el padre Pío tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas acudían a San Giovanni
Rotondo para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas. Se trató del primer sacerdote estigmatizado.
Exhumación del Padre Pío
El 20 de septiembre de 1968 el padre Pío cumplió 50 años de sufrir los estigmas, celebrando una misa multitudinaria. Sus fieles ubicaron alrededor del altar 50 grandes macetas con rosas rojas, por sus 50 años de sangre.
Tres días después, el 23 de septiembre de 1968, el padre Pío falleció. Su funeral fue tan multitudinario que se tuvo que esperar cuatro días para que la multitud de personas pasara a despedirse. Se calcula que hubo más de 100.000 participantes en el entierro.
Dones del padre Pío
Según los creyentes en el padre Pío, sus dones fueron otorgados dado los estigmas de su cuerpo, los cuáles fueron acompañados por dones del Espíritu Santo:
Ubicuo: Capacidad de estar en más de un lado a la vez
Discernimiento extraordinario: capacidad de leer las conciencias, don que utilizó frecuentemente durante el ministerio del sacramento de la confesión.
Curación: curas milagrosas mediante el poder de la oración.
Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo.
Perfume: en su presencia se podía percibir fragancia de flores (el «olor de santidad»).
Lágrimas: cuando rezaba el Rosario a veces derramaba lágrimas.
Estigmas: exhibió estigmas desde el 20 de septiembre de 1918 y los llevó durante 50 años hasta tiempo antes de su muerte (en septiembre de 1968).
Oración del Padre Pío
«Bienaventurado padre Pío, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo. El dolor marcó tu vida y te llamamos «un crucificado sin cruz». El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón. Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros. Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros. Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.»
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