Cuarzo
Muchos de ellos son bien conocidos por todos, pero hay una gran variedad de ellos de los que ignoramos no solo su existencia, sino sus bondades a la hora de emplearlos para meditar, para purificar la casa o la oficina, para agradecer todo lo bueno que nos ocurre, etc. Empezaremos por el cuarzo, el mineral más abundante en la corteza terrestre.
El cuarzo es un mineral del grupo IV (óxidos), según la clasificación de Strunz, compuesto de dióxido de silicio (también llamado sílice, SiO2). No es susceptible de exfoliación, porque cristaliza en el sistema trigonal (romboédrico). Incoloro en estado puro, puede adoptar numerosas tonalidades si lleva impurezas. Su dureza es tal que puede rayar los aceros comunes.
El cuarzo, en estado puro y sin impurezas se denomina cristal de roca o «cuarzo hialino». Cuando su tono varía al pardo o grisáceo se le llama cuarzo ahumado; amatista si es violeta, citrino si es amarillo. Las cristalizaciones en una cavidad se llaman «geodas», y sobre una superficie plana o convexa se llaman «drusas».
Los yacimientos brasileños son de los más explotados mundialmente, en especial, los de cristal de roca del estado de Minas Gerais, y los de amatistas y ágatas en Río Grande do Sul.
En España, la provincia con mayor número de yacimientos es Segovia.
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